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Aprendizaje y educación. La solución de conflictos. La consumación de anhelos (página 2)




Enviado por Luis Humberto Russo



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Cabe distinguir que algunas instituciones organizan las reuniones más que otras, donde las inconducentes comunicaciones entre unos y otros son ordenadas en tiempo y forma, y las conclusiones son supuestamente orgánicas, democráticas, institucionales y otras, pero sin dejar de ser incoherentes con el insoslayable proceso libertario, por lo tanto, conflictivas.

Entonces, quizás concluyen "que los conflictos son naturales", "que los intereses de unos son siempre diferentes a los de otros" y otras inconducencias más, se intenta concluir o solucionar con decreto, imposición del más fuerte, del más argumentador, del más carismático, del más poderoso, del de mayor porcentaje edilicio o democráticamente seleccionando una o dos opiniones por mayoría, acuerdo, pacto, consenso, y demás parcialidades y, por lo tanto, inconducentes generadoras de más conflictos, y por opinión de algunos, de la mayoría o de todos, nadie aprende hasta construir conocimiento para crear comportamientos conducentes.

Así y quizás como continuidad incongruente, pero aun peor, se continua, por decirlo de alguna manera, en los pasillos y en otros lugares donde se generan más opiniones de opiniones que inconducentemente llevan a crear comportamientos conflictivos más complejos, como planeados comportamientos violentos, judiciales y demás.

Concluyentemente, en la sociedad se puede aprender, aprendiendo cómo se constituyen y comportan los consorcios, cómo sesionan y dictaminan los reglamentos de convivencia, mas aun, frente a la cantidad de conflictos que los comportamientos por opinión generan ya constituidos en sociedad de consorcios o peor aun en sociedad de partes de consorcios como son las "asociaciones de administradores de consorcios", o "asociación de inquilinos de consorcios", o "asociación de propietarios minoritarios de consorcios", y así otras, todas con sus reglamentos de comportamientos, conformando leyes que reglamentan los reglamentos para que se comporten los que van a convivir como hombres que se comportan por opiniones consecuentemente generadores de conflictos.

Llegando incluso a comportar opiniones como manifestaciones de derechos sobre los que comportan conflictivamente requerimientos, que en muchos casos se conceden, de leyes que les otorguen derechos, beneficios especiales y más como obligadas opiniones a comportar, respaldadas por la letra opinable de la ley que es respaldada y también impugnada por opiniones en las instancias judiciales por opinables comportamientos de la institución justicia, enmarañando más los comportamientos conflictivos por opiniones.

Por ejemplo, más sintético, comparar una reunión entre un propietario y un futuro inquilino que trata de componer el comportamiento "contrato de alquiler" o "alquiler de una vivienda".

Contrato que se reglamenta en una ley, que es un reglamento del reglamento que puede también estar sometido al reglamento del consorcio del edificio, que también tiene un consejo de administración y administrador, que tienen que opinar de lo que se vaya dictaminar. En ese comportamiento institucional propietario o inmobiliaria e inquilino se comportan comunicacionalmente comunicando sus opiniones y deberían continuar hasta construir el conocimiento que permite crear el comportamiento contrato de alquiler de una vivienda sin conflictos. Consiguientemente no debería comportar conflicto, por el

contrario, sería un comportamiento armónico de inquilino y propietario: uno pagando por servirse de la casa y el otro recibiendo un pago por proveer del servicio de su casa, comportamientos conducentes para felicidad de ambos y de la sociedad.

Pero se pueden generar conflictos por inconducencia que, por comportamiento respecto de la maraña de opiniones, en algunos casos llegan a la justicia, donde según la opinión del abogado de una parte se encuadra en un conjunto de reglamentaciones que le otorgan a su parte el beneficio o resarcimiento que debe comportar la otra parte, y sobre eso la justicia emite comportamientos de opiniones que conforman distintos comportamientos de opiniones según las distintas instancias judiciales va reuniendo opiniones de las partes y emitiendo opinión hasta una última instancia que podríamos sintetizar en la opinión de que es cosa juzgada como última opinión.

Quizás, y a pesar de la inconducencia, el equilibrio de comportamientos es tolerable y así se aprende inconducentemente que por ejemplo "conciliando intereses y/o derechos " o "mponiendo intereses" o "sometiendo, luchando, ganando perdiendo, arbitrando, intereses y/o derechos" y demás inconducencias, así es como se relacionan inconducentemente los seres humanos cuando comportan en el ejemplo "el alquiler de una vivienda" y por extensión a todos los comportamientos institucionales de una sociedad.

Consecuentemente abundan los conflictos entre propietarios, inmobiliarias, inquilinos y garantes, donde las reglamentaciones tienen años de establecidas y en muchos casos son conocidas por todas las partes, pero son inconducentes en cuanto las personas que componen la naturaleza interviniente se comportan por opiniones, así se dicen cosas que son solo opiniones no ajustadas al comportamientos de las cosas, unos opinan y así lo comunican, que otros son egoístas, irresponsables, aprovechadores, no tienen derecho, sí tienen derecho, está equivocados, alguien tiene una razón, y demás comportamientos comunicacionales, cuando no violentos, cuando no judiciales o extrajudiciales, siempre de opiniones, todo inconducente a pesar de que existe constitucionalmente la ley que reglamenta los contratos para que se reglamente y acuerden entre partes libremente según el estado de derecho que los rige a ambos, pero la inconducencia manifestada en los conflictos es clara y contundente. No se utiliza el proceso libertario, insoslayable para todos y cada uno, para aprender y crear conducentemente para el bienestar general.

Así, "la gente" no se comporta como "la gente".

Así, el "sentido común" (inherente a cada hombre por esencia que lo constituye) se manifiesta como el "menos común de los sentidos".

Continuando con los evidentes ejemplos, podríamos mencionar cómo se constituyen los hombres para aprender, por ejemplo, el "tránsito de trasladarse de un lugar a otro de una ciudad", o cómo se constituyen los barrios para "conseguir mejoras", o cómo se constituyen "los sectores" para conseguir "conquistas sectoriales", o "las opiniones que inconducentemente agrupan inconducentes instituciones que reglamentan los variados sistemas económicos (financiero incluido), de las variadas opiniones de las partes de las instituciones "negociadoras" entre "distintos sistemas económicos" distintos sistemas culturales, distintas formas de gobierno y constitución social, judicial y más, de "distintas sociedades", donde los comportamientos de los actores económicos son obligatoriamente por opinión, sistematizando la condición de maraña de comportamientos inconducentes en la conformación del sistema económico que ineludiblemente varía entre equilibrios tolerables de comportamientos inconducentes y crisis, más o menos agudas, de sufrimientos, que concluyentemente el proceso libertario las explota en partes libres", y así más inconducentes comportamientos. Todos reglamentados para poder comportarse por opinión y dictaminar por tráfico de influencias, negociaciones, pactos, acuerdos, opiniones de variadas concepciones sociales, discriminatorias, dictatoriales, democráticas, y así más.

Siempre inconducentes, generando una maraña de comportamientos conflictivos, por el usufructo del proceso libertario por opiniones, construyendo la inconducencia del malestar general, por no aprender a aprender a usufructuar el proceso libertario de aprender hasta construir el conocimiento para crear y conducentemente solucionar conflictos y consumar anhelos, construyendo y sosteniendo el bienestar general.

Ya sea que aprenda de lo que ocurra en la sociedad (consorcios, tránsito, economía y demás) o por imaginación, los conflictos individuales, de dos personas que se saludan, o varios que conviven en un edificio, ciudad o sociedad, o el enfrentamiento conflictivo de sociedades, con comportamientos violentos de ejércitos, economías, culturas o como los quiera componer, son todos conflictos generados por inconducencias del usufructo del proceso libertario, que evidentemente se solucionan con el usufructo conducente del proceso libertario.

Palmariamente inconducentes en su constitución y en su esencia, no se explican esos hombres enmarañados en comportamientos conflictivos violentos o comunicacionales de opiniones de opiniones ¿por qué no pueden conducir sus comportamiento de trabajo (economía) constituyendo conducentemente el trabajar de todos para producto y servicio de todos (sistema económico)? o ¿por qué están en conflictos hasta las guerras los que desean la paz? y sintetizando ¿por qué no pueden los hombres constituirse para solucionar conflictos y consumar anhelos? ¿Por qué no aprenden y se educan para aprender y educarse para solucionar conflictos y consumar anhelos construyendo y sosteniendo el bienestar general?

Lo peor es que no faltan, sino que pululan las opiniones que responden a las mencionadas preguntas, entonces, acuerdan, decretan, suplican, manifiestan, luchan, constituyen instituciones para enseñar, imponer, castigar y tantas otras; en fin, de todo menos usufructuar el insoslayable proceso libertario de aprender hasta alcanzar el conocimiento para crear y comunicar conducentemente.

Esto se puede considerar en otras, muy variadas en importancia y cantidad, instituciones o sistemas de instituciones con una gran variedad de componentes, todas sumidas y reglamentadas en una utilización del aprendizaje sometido en algunos casos hasta la obligatoriedad de solo opiniones, impidiéndose la elaboración de conocimiento, convocando parcialmente (lo cual es inconducente) a inconducentes instituciones científicas, donde uno o algunos especialistas, estudien y emitan opinión, haciendo inconducente, en algunos casos, no solo el comportamiento de la persona que se comporta en nombre de la institución científica, sino todas las reuniones en las que en forma acordada se estudiarán las opiniones y se emitirá opinión, ergo, serán inconducentes y solo se comportarán opiniones y después se elegirá, por dictamen, democráticamente o de otra manera, una opinión, razón simple o complejamente elaborada, constituyendo la inconducencia como estructura. Concretando la negación al usufructo del insoslayable proceso libertario de aprender hasta construir el conocimiento para crear las soluciones.

El proceso libertario es palmariamente claro y contundente, solo los que componen la naturaleza interviniente pueden aprender y crear los comportamientos que modifiquen la naturaleza interviniente, solucionando conflictos y consumando anhelos, no son las medidas salvadoras, ni los dictámenes, ni el equilibrio de "poderes", ni la interacción "gobierno y oposición", ni la opinión de nadie, sea individuo o institución, ni la "correcta economía", ni las "correctas políticas" ni las "militancias y liderazgos", y así otras, porque nadie puede aprender por otro, nadie puede crear por otro, nadie puede comportarse por otro, todos aprenden de todos y cada uno, y crean sus comportamientos conducentes o inconducentes según hasta donde aprendan.

Solo una sociedad constituida coherentemente para usufructuar el insoslayable proceso libertario puede contundentemente conducirse a construir y sostener el bienestar general.

Concluyente y palmario es el beneficio del usufructo coherente del insoslayable proceso libertario, o los hombres aprenden opiniones y crean comportamientos conflictivos, o aprenden hasta la construcción del conocimiento para conducentemente crear y constituirse en educación, comunicación y justicia, como núcleo de una red de ámbitos de aprendizaje que incluye a toda nueva institución que sea creada para solucionar conflicto y consumar anhelo constituyendo y sosteniendo el bienestar general. No se trata de que no haya leyes, ni estado de derecho, ni otras tantas como se quieran crear, por el contrario, se trata de aprender hasta la construcción del conocimiento para crear y comportar las leyes, para que como sociedad se constituya el estado de derecho esencialmente por el comportamiento de sus constituyentes, y no por la proclamación de leyes, dictámenes, pactos y más, que pretenden constituir el estado de derecho, por ejemplo, el tránsito sin conflictos, y así todas.

Se trata de que, además de que estén legislados los comportamientos conflictivos, tales como incidentes de tránsito y asaltos a mano armada seguidos de muerte, para juzgar y sentenciar esos comportamientos, esencialmente se aprenda y se eduque coherentemente con el insoslayable proceso libertario para que esos comportamientos conflictivos no los aprenda, cree y comporte nadie, por su evidente nefasta consecuencia para los individuos y la sociedad.

Se trata de constituirse en sociedad para y por usufructo del insoslayable proceso libertario, donde en red de ámbitos consumar el anhelo de que, en esta sociedad, los hombres aprenden para crear y comunicar consumando anhelos y no comportarse conflictivamente y, si sucediera un conflicto, conducentemente la estructura constituyente provea para aprender para crear las soluciones.

Una sociedad usufructuando el insoslayable proceso libertario en red de ámbitos institucionales aprende para crear y comunicar conducentemente la solución de conflictos y la consumación de anhelos para regocijo de todos y cada hombre por pertenecer y protagonizar el bienestar individual emergente del inevitable bienestar general.

Constituyendo una sociedad donde el estado de derecho y el bienestar general son los comportamientos efectuados por los constituyentes de la sociedad.

Concluyentemente el proceso libertario es insoslayable, somos libres de aprender solo opiniones y crear conflictos y sufrimientos individuales e institucionales, o aprender hasta construir el conocimiento para crear y comunicar comportamientos individuales e institucionales conducentes a la construcción y sostenimiento del bienestar general donde conducentemente se crean las soluciones de conflictos y las consumaciones de anhelos.

El proceso libertario nos provee tanto para ser conducentes al mal, al egoísmo, aprendiendo lo que daña, lo que sumerge en sufrimiento al otro, a sí mismo y a todos, al crear, comportando el egoísmo, el mal, hasta la guerra y más, conducentes a ser explotados en partes libres, o el mismo proceso libertario nos provee del aprender hasta construir el conocimiento que ineludiblemente conduce al bien, que recíprocamente creado y comportado conduce al bienestar de todos, obviamente, el bienestar es de todos o no es bienestar.

En este contexto de alternativa de aprender para crear conducentemente al egoísmo o al bienestar general, palmaria y evidentemente, la libertad juzga y sentencia insoslayablemente, sumiendo en sufrimiento y explotando en partes al egoísmo, y recibiendo y proveyendo de pleno regocijo al que aprendiendo hasta conocer el bien crea y se comporta conducentemente al bienestar general que es el reino de la libertad de todas las cosas.

Es el proceso que organiza la realidad, la fantasía, la imaginación, las creencias, los universos, lo concreto, lo abstracto, lo mental, lo espiritual, lo carnal y todas cuantas quiera considerar, es el proceso que origina, organiza y rige la existencia de todas y cada una de las cosas.

Es el proceso del aprendizaje, comportamiento y juicio de todas las cosas. Es el proceso libertario que nos somete y nos libera.

Nada ni nadie puede hacer más o distinto. Cualquiera puede hacer menos y mal.

Nadie lo puede enseñar, a todos se les evidencia la obligatoriedad de comportarse y la libertad de aprender a aprender para usufructuarlo conducentemente hasta construir el conocimiento del bien y comportarse bien.

A todos y cada uno le emerge en su comprensión integral, con ineludible evidente claridad, la comprensión como "sentido común" de "la gente" que todos y cada uno somos esencia y finalidad del insoslayable proceso libertario, para beneficio de todos y cada uno.

Evidentemente, el hombre se encuentra hoy, y desde el origen, en el siguiente contexto general:

Todas las cosas están obligadas a comportarse respecto del comportamiento de otras, y son libres de crear y comunicar comportamientos conducentes en usufructo del insoslayable proceso libertario.

El proceso libertario da existencia, posibilidad de desarrollo y trascendencia a todas y cada una de las cosas.

Las cosas solo pueden existir sometidas al proceso libertario de comportarse.

Las cosas son solo comportamientos, ergo cada cosa, entre ellas cada hombre, nace como producto del proceso libertario de las partes que lo constituyen, consecuentemente está sometido a comportarse y responsabilizarse de su comportamiento.

Integralmente, ese proceso libertario, que origina al hombre como cosa producto, lo provee como cosa proceso, con la libertad de aprender, crear y comunicar conduciendo sus comportamientos al protagonismo y trascendencia en el proceso libertario.

Por lo que cada hombre nace como producto y puede morir, finalizar como producto del proceso libertario, o continuar como protagonista gozoso del proceso libertario, participando y trascendiendo en el bienestar general.

Ergo, para el hombre, vivir es comportarse como producto del proceso libertario, desarrollarse es comportarse para aprender y usufructuar el proceso libertario coherentemente como proceso conducente de sus creaciones de comportamientos, trascender es crear el comportarse concluyente y conducentemente a la construcción y sostenimiento del bienestar general.

Es decir, el proceso libertario es para que las cosas sean libres respecto de la libertad de todas las cosas, no para que cosa alguna intente perder o intente quitar libertad a alguna otra cosa.

El proceso libertario que somete y posibilita al hombre su desarrollo y trascendencia individual y social constituye un solo proceso que concatena todas las cosas, del que podemos circunscribir para su aprendizaje:

El proceso individual del hombre, constituido por sus partes, el proceso institucional del hombre, constituido con otros hombres, el proceso social del hombre, constituido por todas las instituciones que componen la humanidad y que desembocan en el proceso universal de todas las cosas. Todas estas son partes del mismo proceso libertario que provee la libertad a todas y cada una de las cosas.

Las tres partes del proceso individual son

1-aprender, 2-crear y comunicar (comportar), y 3-juzgar.

Se continúan coherentemente y consecuentemente con las tres partes integradas en una única institución de los procesos institucionales educación, comunicación y justicia.

E igualmente coherente con las tres partes del proceso universal: aprender hasta construir el conocimiento del bienestar general, crear comportamientos conducentes a la construcción y sostenimiento del bienestar general, y protagonizar para pertenecer al bienestar general, que es la libertad de todas las cosas.

Evidentemente se trata de 1) aprender hasta construir el conocimiento del insoslayable proceso libertario; 2) crear comportamientos, como el proceso libertario provee, para el bienestar general y protagonizar y pertenecer a la libertad de todas las cosas; 3) juzgar o aprender los comportamientos conflictivos o anhelos, para continuar desde 1 solucionando conflictos y consumando anhelos.

Se trata de un único proceso natural de todas las cosas, en este caso, observado como tres partes circunscriptas para su aprendizaje. Y principalmente por estar, así, en tres partes, instauradas en el uso y costumbres de las comunicaciones entre los hombres.

Pero sin lugar a dudas, el proceso libertario que se menciona en el proceso constitucional de las tres instituciones educación, comunicación y justicia, está tan integrado, como proceso único y básico, como lo están las partes constituyentes en cada hombre en su aprender para crear y comunicar.

La estructura del proceso individual es coherente con la estructura del proceso institucional, que es coherente con el proceso institucional universal. Por la simple y sencilla razón de que es la misma estructura, circunscripta a lo individual, o a lo institucional o a lo universal.

Lo que varía es la circunscripción que puede realizar el hombre en su aprendizaje respecto a un comportamiento individual, o institucional, o universal, pero naturalmente, es una sola estructura sin solución de continuidad.

Nada, ni nadie, escapa a esta estructura.

El hombre, como todas las cosas, no puede hacer más, ni distinto; sí puede hacer menos, y mal, y en cualquier caso, la libertad insoslayablemente lo juzgará y sentenciará su incorporación o su desecho explotándolo en partes.

Concluyentemente en pocas palabras, el contexto general lo componen todos los comportamientos, sean conducentes o inconducentes, de todas las cosas sometidas al régimen del evidente e insoslayable proceso libertario, que obliga a comportarse a todas y cada cosa y las provee del aprendizaje para aprender y crear conducentemente el obligatorio comportamiento. Depende de todos y cada uno de los hombres la constitución y sostenimiento de la institución tripartita coherente con el usufructo del insoslayable proceso libertario para la construcción y sostenimiento del bienestar general.

Particularidades significativas

Consideremos algunas particulares del contexto general respecto del usufructo del proceso libertario, tanto individual como institucional.

Surgen con claridad que los comportamientos de un hombre se dinamizan particular y significativamente en diversas circunstancias, por ejemplo, en las que podríamos llamar, profesión, línea de conducta, éxitos, fracasos, principios, valores, y así otras más.

De igual manera surge con claridad que los comportamientos de un hombre están influenciados por sucesos que lo modifican en la conducción de sus comportamientos.

Los acontecimientos que inciden sobre un hombre inciden consecuentemente en su conducción de sus comportamientos.

Así los acontecimientos que se consideran injustos, inexplicables, incomprensibles, inmanejables, que te superan, malos, buenos, por suerte, de casualidad, y así otros, manifestados, por ejemplo, en la prematura muerte de un conocido, en las enfermedades, los accidentes, los robos, asesinatos, estafas, desastres, calumnias, corrupción, nacimiento de un niño en la familia, el amor, la amistad, la solidaridad, el ser elegido, el ser rechazado, las encrucijadas o dilemas individuales e institucionales, por ejemplo de docentes, padres y otros, frente al niño desnutrido, o drogadicto, o alcohólico, o que roba, o mata, y otras, en definitiva a las que, inconducentemente, nominamos la injusta maldad que se manifiesta aparentemente con impunidad, y la suerte que el azar o el destino nos depara.

Las enfermedades como comportamientos internos de una institución que incide en el comportamiento institucional, la muerte, la muerte de un joven, de un niño, de un hombre en su plenitud del que se estaban esperando grandes, o al menos, importantes y significativos comportamientos.

Las dependencias naturales sean fisiológicas o de otra índole, como son la dependencia del agua, de los alimentos, del aire, del sueño, del dormir, del sexo, del miedo, del amor, del arte, y demás necesidades, deseos, imposiciones y así otras.

Sin dudas, todas y cada una de estas cuestiones tiene como particularidad general establecer la manifestación de la naturaleza interviniente para el aprendizaje del contexto del proceso libertario.

Entonces, un acontecimiento, como conjunto de comportamientos individuales e institucionales que confluyen exponiendo un suceso, debe ser aprendido en su extensión de cosas y profundización de estas, lo suficiente y necesariamente abarcador que, incluyendo el comportamiento en creación del que aprende, posibilite la construcción del conocimiento que lo circunscribe en el bien, en lo trascendente (o en el mal, en lo intrascendente y explosión en partes libres), en definitiva hasta donde abarque la circunscripta incidencia del comportamiento a aprender.

Por ejemplo, un hombre (supongamos jugador de fútbol) que está recibiendo la pelota de un compañero y, en pleno proceso de aprendizaje y creación de una jugada, de pronto un comportamiento de sus partes internas, por ejemplo, su estómago, se comporta y lo obliga a vomitar, incidiendo en su comportamiento creativo como suceso que le impide comportarse conducentemente, puede considerarlo circunscribiendo esa parcialidad como la desgracia de que la salud le impidió hacer su jugada, quizás hermosa y conducente al bienestar general, pero la circunscripción abarcadora (que incluye el comportamiento "no vomitar") que lo incluye al hombre integralmente en el contexto de la libertad de todas las cosas le manifiesta claramente que él es más que una jugada, que ese incidente comportamiento forma parte de más naturaleza interviniente sobre la cual él puede crear para comprenderse y trascender, no es por las jugadas lindas o de goles que un hombre trasciende ni por ser elegido presidente, emperador, dirigente, el más premiado, y así más, se trata de ser producto y proceso del proceso libertario que conduce a cada cosa a la felicidad de protagonizar y pertenece a la libertad de todas las cosas.

Ergo, los acontecimientos, como conjunto de comportamientos de las cosas que libertariamente nos incluyen, para comprenderlos deben ser aprendidos hasta su circunscripción por incidencia en nuestro comportamiento esencial, para recién en ese estado de aprendizaje, juzgarlo para incluirse en su comprensión, para que, más de una mera opinión, permita construir conocimiento y consecuentemente crear comportamiento conducente.

Luego, un acontecimiento o suceso es una cosa que se comporta, como todas las cosas, constituidas por partes que son cosas que se comportan y su aprendizaje es la circunscripción respecto de un comportamiento en creación del que aprende el que debe ser variado hasta la inclusión del suceso.

Cuántos aprendizajes, por poner escuetos ejemplos en palabras, comenzaron con "qué desgracia lo que me sucedió", continuaron en "gracias a Dios que me ocurrió", y concluyeron con un "no supe aprovechar aquella oportunidad que Dios me dio" o "esa enfermedad me cambió la vida y pude ser yo como siempre quise serlo", o "no hay mal que por bien no venga" o "la muerte, como todos los sucesos (comportamientos) nos conduce a algo (comportamiento) sea Dios con su juicio y sentencia, o la descomposición total o parcial de lo que somos, pero sin dudas la muerte es la continuidad de lo que somos y seguiremos siendo, nada desaparece, todo se comporta", o "recién cuando murió me di cuenta de lo que significaba para mí" y así una gran variedad.

En otras palabras, cuando aprendo debo circunscribir la naturaleza interviniente del suceso hasta la inclusión de mi propia persona aprendiendo (creado comportamiento que incidirá en los comportamientos que aprendo), de tal manera de comprenderme en la circunscripción de la naturaleza intervenida en ese suceso, si la circunscripción del contexto del suceso es insuficiente y pretendo juzgarla como naturaleza intervenida, estaré realizando un comportamiento de aprendizaje incompleto para mi comportamiento de comprenderme, a lo sumo alcanzaré una opinión, creando un comportamiento inconducente, consecuentemente un conflicto.

Podrá ser una suposición imaginativa de lo que me falta aprender y no el aprendizaje de la naturaleza intervenida que me incluya, y mi aprendizaje será inconducente para crear y comportarme conducentemente.

A modo de somero y limitado ejemplo, podría decir:

Estoy en mi patio sentado junto a una mesa cuya tapa es de vidrio, cae una piedra y rompe la tapa de vidrio de la mesa.

Aprendo solo eso, no abarco más naturaleza interviniente, como la de aprender qué comportamiento hizo llegar la piedra a mi mesa, me doy por aprendido cuando solo tengo una opinión, y juzgo que una mala persona tiró la piedra con la intención de romper la tapa de mi mesa o lastimarme, realizo una muy reducida utilización del proceso libertario donde con una mínima circunscripción de la naturaleza interviniente pretendo aprender, por lo tanto, opino y juzgo inconducentemente, por ejemplo "¿Qué otra cosa podría ser si no? Es más, seguramente fue el del 5to "D" que me mira feo en el ascensor", y así más.

Como consecuencia de ese mal comportamiento de aprendizaje, puedo realizar comportamientos sobre naturaleza desconocida, lo cual me hace comportarme inconducentemente.

Supongamos que amplío el aprendizaje, ampliando la circunscripción de la naturaleza interviniente hasta construir conocimiento que me permita crear comportamiento conducente al respecto, me interrogo e interrogo a la naturaleza interviniente, de dónde cayó, es probable que haya caído de… entre ellas … del patio del 2do piso, donde vive mi hijo con su mujer y mi nieto, lo llamo a su teléfono y le pregunto si había alguien en el patio de su casa hace unos minutos, la respuesta es esclarecedora: "Sí —dice mi hijo—, tu nieto, que comenzó a tirar cosas por todas partes.

¿Te acordás de la piedras que decoraban la maceta con el pino bonsái con las que él siempre jugaba a sacarlas y colocarlas en la maceta? Bueno, ahora descubrió que puede tirarlas, de pronto hizo para atrás el brazo y lanzó una piedra que tenía en la mano. Me pasó raspando la cabeza, y ahora que me fijo, no la veo, ¡no digas que cayó en tu patio!". Ahora, al ampliar la circunscripción del aprendizaje de naturaleza interviniente, tiene la circunscripción de naturaleza interviniente suficiente y necesaria para comportarse respecto de la caída de la piedra. Cuál puede ser el comportamiento conducente de abuelo, por ejemplo, sacar las piedras y enseñarle al nieto que las cosas no se tiran, al menos que sea en algún constituido juego, como el básquet, juego que su

abuelo podrá enseñarle, y así más.

El bebé tiene la libertad de mover los brazos y, por lo tanto, puede jugar acomodando piedras, y descubrió, o decidió, tirar una. ¿Fue un comportamiento conducido para alcanzar armoniosamente su desarrollo, su trascendencia? ¿Debería la libertad limitarlo para que el abuelo no sea incidido con la injusticia de que le rompa la mesa de vidrio? Es decir, ¿los bebés solo deberían poder jugar moviendo suavemente las piedras, pero les debería resultar imposible tirarlas? ¿El dueño de la mesa debe ser compensado por la libertad que le otorgó el comportamiento injusto al niño de tirar piedras y realizar la rotura de la mesa de vidrio? ¿La madre está educando mal a su hijo?

¡Qué injusto para el vidrio!, que se lucía sobre la mesa como tapa transparente, orgulloso de su comportamiento como parte de la mesa, sin hacerle mal a nadie, es más, era un correcto vidrio que en toda su vida lo único que hizo fue cumplir con su trabajo de tapa de vidrio de la mesa del patio, soportado, pesados elementos, derrames de líquidos, la intemperie con el frío de la noche y el candente sol de los mediodías de verano. ¿Por qué Dios permite estas injusticias?, el vidrio tenía toda una vida por delante, y ahora es un montón de pedazos de vidrios desparramados en el piso del patio y que van a ser tirados entre la basura, es injusto que permitan que esto suceda, que al menos el culpable sea castigado, "¡queremos justicia!", así muchas más. Si continuamos tanto ampliando la creación de circunscripciones como ampliando la naturaleza interviniente, podríamos incluir al arquitecto que diseñó el edificio, que no contempló la caída accidental de algún objeto desde el patio superior, o quizás el abuelo debió comprar una mesa con tapa de hierro y salir siempre al patio con casco y demás elementos de seguridad, quizás la madre no debió dejar al alcance de una criatura piedras sabiendo que en una determinada edad comienzan a tirar las cosas y no es lo mismo piedras que plásticos, debió adornar la maceta con plásticos, y así más inconducentes ampliaciones parciales de la naturaleza interviniente con recíprocos inconducentes creaciones de comportamientos.

Así mucho más, si bien parece y quizás sea una manifestación caótica de reflexiones mal encauzadas, el reducido ejemplo permite observar cómo va cambiando la consideración del suceso, como estado de aprendizaje, ergo, de postura de sentimiento, concluyentemente lo que cambia es el aprendizaje, es decir, la circunscripción de la naturaleza interviniente con la inclusión integral del que aprende, respecto de un comportamiento en creación del que aprende.

Si la circunscripción es lo suficientemente abarcativa que nos permite aprendernos comportando lo deseado, estaremos en el aprendizaje constructor de la estructura de conocimiento para comprendernos y comportarnos conducentemente respecto del suceso y consiguientemente al desarrollo y la trascendencia; sino, estaremos en una parcialidad que nos conduce a comportarnos inconducentemente, luego obtener resultados no deseados de naturaleza intervenida por nuestro comportamiento que nos sorprende desagradablemente.

No se trata de abarcarlo todo, por el contrario, solo lo necesario y suficiente, por ello la libertad nos provee del proceso libertario, en el cual, el aprendizaje como proceso de circunscribir naturaleza interviniente respecto del comportamiento en creación que vamos a realizar e incidir en ella, este comportamiento de aprendizaje con palmaria claridad nos indica, nos hace sentir, la circunscripción que contendrá la extensión de cosas y la profundidad de cada una de ellas.

Consecuentemente el aprendizaje es circunscripción de la naturaleza interviniente respeto de un comportamiento en creación del que aprende.

Luego, aprendemos palmariamente, entre otras importantes particularidades significativas, que no se puede aprender si no es respecto de un comportamiento en creación del que aprende.

Este aprendizaje es una circunscripción de la naturaleza interviniente que posibilita al hombre libremente comprenderse creando su comportamiento en la finalidad de los comportamientos de las cosas.

Pero la finalidad tiene particularidades tales como que es consecuencia y al mismo tiempo parte de un proceso único omnipotente y señor de todas las cosas, clara y esencialmente el proceso libertario que somete a todas las cosas para permitir los comportamientos de todas las cosas.

Consecuentemente, como comprende todas las cosas incorporadas a su proceso libertario, la significación de los comportamientos de las cosas se enmarca en ese proceso libertario, abarcador de todas y cada cosa.

Así, como muy escueto ejemplo, si se aprende un suceso circunscribiéndolo en lo primero que le hace sentir al hombre, respecto de los comportamiento que tenían en relación, por ejemplo, murió una persona, luego aprende respecto de ¿qué haré sin ella mañana a la mañana que me llevaba al trabajo? o ¿quién convivirá con mi familiar (hija hermano y así más) ahora que murió su familiar (padre, madre, tío, abuela)? ¡Qué injusticia, tan joven! ¿Quién cuidará de su familia?, o ¡qué hace ese loco, me encerró con el auto!, ¡lo voy a agarrar a trompadas! y al verlo le dice: "Decime, pedazo de…, pero Ud. está sangrando". "Sí, me asaltaron y me dieron un tiro, voy al hospital". "Córrase, yo manejo y lo llevo", y más atrás otro automovilista: "¡Pero qué hace este estúpido! Se bajó del auto, dejó la puerta abierta y ni las balizas puso y yo ¿por dónde paso ahora?". Y así a cada suceso que nos incide lo sentimos, luego, lo aprendemos circunscribiéndolo respecto de un comportamiento, que puede ir desde una mera opinión hasta la construcción del conocimiento que consuma la conducencia del crear y comunicar el comportamiento con el cual incidir en el concierto de todas las cosas.

Así pues, no se trata de aprender respecto de nuestra ínfima relación de comportamiento con el suceso, ni de suponer que el límite es respecto de los comportamientos de la vida concluyendo en "no somos nada", "así es la vida" y tantas otras, se trata de continuar aprendiendo hasta construir el conocimiento del suceso que nos incluye en el comportamiento libertario de todas las cosas, en la relación que hace obvio nuestro comportamiento de comprensión dentro del reino de la libertad de todas las cosas.

Así el intentar aprender un suceso usufructuando parcialmente el proceso libertario de aprender respecto de un comportamiento en creación del que aprende, se observan los sucesos con apariencias o suposiciones nefastas, injustas, realizadas vaya a saber por quién, un ser superior, un errático comportamiento de la evolución la naturaleza, un maligno o bendito azar, una injusta o magnífica suerte, llegando a nefastas inconducencias tales como "la vida es cruel, los hombres son egoístas y malos por naturaleza", "Dios es injusto, ¿cómo dejó que esto pasara?" y así otras que no conforman el contexto, por ser inexistentes para el proceso libertario y que quizás introduzca al que aprende parcialmente en un estado de sufrimiento y consecuentemente aprendizajes inconducentes creando comportamientos nefastamente inconducentes que sumergen en sufrientes conflictos.

Así, en el ejemplo surgen, muy reducidamente, para el abuelo que aprende una opinión ¡alguien atentó contra su vida!, consecuentemente de esa opinión siente y crea el comportamiento, angustia, desasosiego, temor, armarse, atacar y más, o aprendiendo hasta construir conocimiento desde el consecuente suceso al vidrio de la mesa, pasando por los demás comportamientos de la naturaleza interviniente, hasta incluir, por ejemplo,

¡mi nieto está creciendo bien!, consecuentemente de ese conocimiento crea el comportamiento, "tengo que llevarlo a aprender a jugar básquet, fútbol", y así más.

Evidente es el contexto de los acontecimientos que nos someten, así su aprendizaje usufructuando el proceso libertario de aprender hasta construir el conocimiento, que se hace sentir para crear y comunicar comportamiento conducentemente que también, como todas las cosas, se hace sentir.

A cada comportamiento le corresponde una naturaleza intervenida cuyo aprendizaje nos permite comprender y comprendernos en la significación del suceso respeto de la finalidad de todas las cosas.

Cuando se muere una querida o importante persona, por su supuesto poder, por lo que hacía para lo que demás hicieran, "sin ella no saben qué hacer", por lo que pudiera o se necesitara que hiciera y demás.

Se va y no deja las instrucciones para que sigan haciendo lo que esa persona hizo y haría.

Así otros sucesos, quizás más triste, que todos imaginamos o hemos vivido.

Frente a un suceso impactante que conmueve, que se hace sentir como todas las cosas, pero cuyo aprendizaje para comportarse se presenta incidiente e insistentemente hace emerger el sentido estado de indagación, por ejemplo, ¿y ahora? ¿Qué haré o haremos?, como evidencia que lo que se debe comportar es el aprender.

Las instrucciones están en el proceso libertario.

Siento, luego tengo que aprender, luego debo comportarme indagando hasta construir conocimiento más allá de las opiniones, de las primeras impresiones, para crear y comportar mi comprensión en el suceso.

El individuo que siente un suceso siente el estado de indagación que convoca al proceso libertario para aprender de lo que siente para crear su comportamiento recíproco.

Así, pues, a cada suceso que involucra a un individuo haciéndose sentir le corresponde un aprendizaje respecto de un comportamiento en creación que hace que el individuo sea.

Nadie es, ni puede ser, más que sus comportamientos, todos son partes, nada más, ni nada menos.

Así pues, una enfermedad hace ser a una cosa parte del comportamiento libertario de los constituyentes de esa enfermedad.

El contexto general manifiesta claramente que en cada momento las cosas dejan de ser lo que son, para componerse en otras cosas, a partir de que están en continuo comportamiento por sometimiento del proceso libertario. Claramente "en la naturaleza nada se pierde todo se transforma comportándose" es parte de "en la naturaleza nada es, sino proceso de aprender y crear", "todas y cada cosa es proceso de aprender para crear comportamiento".

Todas las cosas se comportan y una circunscripción de comportamientos es una cosa.

El proceso es creativo, aprender para crear conducentemente al bienestar general. No se trata de evolución u otra, se trata de creación conducente, obligatoria, sistemática y permanente, de individuos y sociedades, tanto para comportar conflictos como para comportar soluciones y anhelos.

Fuimos creados por comportamientos sometidos a la libertad para ser, por el mismo sometimiento libertario, creadores conducentes al bienestar general, que es la libertad de todas las cosas.

Así pues, aprender el suceso que nos hace comportar nuestro sufrimiento, como conflicto, requiere el aprendizaje hasta alcanzar el conocimiento que nos permite crear el comportamiento que nos comprenda en el bien del suceso, diluyendo el conflicto del sufrimiento.

Así, cuando es parcial, suele llamárselo resignación, aceptación, y otras, y es que falta aprender más naturaleza interviniente hasta alcanzar el conocimiento que permite crear el comportamiento participación conducente en los sucesos del contexto general de la libertad de comportamiento de todas las cosas.

Así es como un suceso, una institución y más se comportan a pesar de que algunos constituyentes mueren convirtiéndose en otra cosa y son reemplazados por otros constituyentes distintos, pero similares para el aprendizaje y la creación de comportamientos que sostienen el comportamiento institucional.

Evidentemente, un hombre lo continua siendo y comportándose a pesar de la muerte sistemática y permanente de sus células, comprendiéndose como parte circunscripta al comportamiento institucional que comporta al hombre como tal, del comportamiento de todas las cosas, hasta que el límite de los comportamientos internos (comportamientos de órganos, celulares y demás) que lo constituyen hace comportarse a la institución hombre tan diferente que ya no es una continuidad, sino es la continuidad del cambio que hace a comportamientos institucionales más abarcadores hasta pertenecer al proceso universal de todas las cosas.

Ergo, así son las células al hombre, como los hombres a la sociedad, como las sociedades a la humanidad, como la humanidad al universo de las cosas, todas cosas partes del proceso libertario, partes sometidas a un mismo proceso libertario.

Evidentemente, el hombre, al aprenderse en todo su contexto, conociéndose a sí mismo respecto de los comportamientos de las instituciones, de las sociedades, de la humanidad y del comportamientos de todas las cosas, es aprenderse respecto del comportamiento de la libertad, es circunscribirse respecto del comportamiento de todas las cosas, es aprender para conocer el bien para comportarse y pertenecer al bien.

Es gozar del aprender el proceso libertario, construyendo el conocimiento de la libertad, para crear conducentemente el comportamiento para pertenecer a la libertad de todas las cosas, construir, sostener, protagonizar y pertenecer al bienestar general.

Evidentemente, el proceso libertario es el de aprender para crear y comunicar conducentemente el comportamiento que hace que una cosa sea, y este proceso libertario rige todas las cosas, luego rige como estructura de gobierno social, por lo que el hombre para constituirse en sociedad debe aprender a aprender para aprender a crear y comunicar conducentemente las instituciones que constituyen una sociedad.

Palmariamente evidente, las instituciones esenciales son las que permiten usufructuar el proceso libertario como hombres constituidos, educación, comunicación y justicia, para que la conducción de esos tres comportamientos institucionales integrados por el proceso libertario les proporcionen a todos y cada uno de los hombres la estructura institucional del insoslayable proceso libertario para constituir las demás instituciones que conducen los comportamientos de una sociedad, que se constituye con otras sociedades para constituir la humanidad, que se comporta como tal en el contexto general de la libertad de todas las cosas.

Entonces y solo entonces, el hombre comprenderá la significación de cada cosa que se comporta, de cada suceso, de cada muerte, de cada nacimiento, de cada comportamiento circunscrito a la naturaleza interviniente del proceso libertario de cada cosa.

Porque la muerte, como todos los aparentes comportamientos fortuitos, al hombre le será siempre incomprensible si no conoce el bien de aprenderse comprendido a sí mismo dentro del proceso libertario de todas las cosas.

Consecuentemente, los hombres se conducen a comportarse para aprender y aprenderse hasta la contemplación de la libertad de todas las cosas, lo cual conducentemente les hace sentir, en su aprendizaje, el bien de los sucesos respecto de la libertad de todas las cosas.

Consecuentemente las sociedades han intentado y aún intentan aproximarse hasta alcanzar una educación coherente con el insoslayable proceso libertario.

Consecuentemente se conducen a comportarse para aprender y aprenderse hasta la contemplación de la libertad de todas las cosas, desde los comportamientos individuales libremente conducidos hasta los comportamientos institucionales, igualmente libremente conducidos, para la creación, siempre todo por proceso libertario, del comportamiento de aprendizaje que construye el conocimiento social del bien para crear los comportamientos sociales que comportan los sucesos de los hombres constituidos conducentemente respecto de la libertad de todas las cosas.

En resumen, el hombre está sometido al insoslayable proceso libertario, y para desarrollarse y trascender, para existir y pertenecer al reino de la libertad de todas las cosas, evidentemente necesita aprender para conducir su comportamiento en lo individual y constituirse para aprender institucionalmente, educándose para participar de la conducción de los comportamientos institucionales constructores y sostenedores del bienestar general.

El hombre notoriamente necesita usufructuar coherentemente el insoslayable proceso libertario para aprender a aprender para constituirse como institución individuo integralmente, para constituir con otros hombres la institución tripartita educación comunicación y justicia para constituir la sociedad de instituciones que se comporten institucional e integralmente coherentes con el insoslayable proceso libertario, conducentes a la solución de conflictos y la consumación de anhelos construyendo y sosteniendo el bienestar general.

¿Qué es aprender? ¿Qué es educar?

Si bien el educar y el aprender, y esencialmente el aprender a aprender a usufructuar el insoslayable proceso libertario, están comunicados en casi todos los párrafos del presente escrito, reiterándome una vez más, podemos decir:

Nadie ni nada puede evitar comportarse. Nadie ni nada puede comportarse por otro.

Nada ni nadie puede comunicarse si no es por un comportamiento. Nada ni nadie puede aprender otra cosa que no sea un comportamiento.

Nadie ni nada puede evitar aprender para crear comportamiento conducente. Nadie ni nada puede aprender por otro.

Nadie ni nada puede hacer algo que haga que en algún otro surja conocimiento.

Nadie ni nada puede participar del aprendizaje de otro sin el permiso, indagación y aceptación del otro.

Nadie ni nada, puede participar del aprendizaje de otro sin someterse a las preguntas y repreguntas que el que aprende cree y comporte como parte de su estructura de comportamientos de indagación para aprender.

El aprender es parte esencial y obligatoria del insoslayable proceso libertario, es derecho propio de cada cosa, es lo que hace única a cada cosa conducente, es la comunión de la cosa con la libertad de todas las cosas.

Aprender es circunscribir la naturaleza interviniente de los comportamientos (cosas) en la que, con un comportamiento en creación, se va a incidir sobre esa naturaleza interviniente (comportamientos).

Es aprendizaje por opinión, o aprendizaje parcial e inconducente, cuando la circunscripción de comportamientos aprendidos, es decir la naturaleza interviniente, es circunscripta, en extensión y profundidad respecto del comportamiento en creación del que aprende, pero no abarca hasta integrar, en esa circunscripción, al propio comportamiento en creación consumada, con el que incidirá el que aprende.

Es aprendizaje hasta la construcción de conocimiento o aprendizaje conducente cuando, también, la circunscripción de comportamientos aprendidos, es decir la naturaleza interviniente, es circunscripta, en extensión y profundidad respecto del comportamiento en creación del que aprende, pero hasta incluir integralmente al que aprende con su comportamiento en creación consumado, solo así se construye conocimiento para la creación de comportamiento conducente al bienestar general.

Consecuentemente el aprendizaje hasta la opinión u otra parcialidad genera comportamientos conflictivos, y el aprendizaje hasta la construcción del conocimiento provee comportamientos que solucionan conflictos y consuman de anhelos.

Lo primero, en la conducción de la ineludible obligación de comportarse permanentemente, es el aprender, y el primer comportamiento para aprender es la pregunta.

Concluyentemente, es evidente que lo más importante para el hombre es aprender, y se aprende preguntando, creando comportamientos de aprendizaje a modo de estructura de indagación, preguntándose y preguntándoles a las cosas (entre ellas, el hombre), con la única finalidad de aprender los comportamientos de las cosas, determinadas en extensión y profundidad por el comportamiento en creación del que aprende, hasta la construcción del conocimiento de las cosas para consumar la creación del comportamiento que incida conducentemente.

La libertad del hombre se manifiesta palmariamente en la capacidad de interrogar y de interrogarse que le provee la libertad.

El proceso libertario lo provee de la capacidad de conducir su curiosidad creando preguntas, comportamientos de indagación, de las más variadas formas que pueda crear, tales como, verbales, físicas, químicas, pruebas, análisis, reacciones y muchas más.

La primera pregunta es aprendernos a nosotros mismos, comprendernos en nuestro comportamiento libertario del cual somos esclavos, y simultáneamente libres para crear conducente y responsablemente nuestros comportamientos.

Como definición de aprender, refiriendo la expresión principalmente al hombre, podemos decir:

Aprender es circunscribir naturaleza interviniente respecto de un comportamiento que estamos creando.

Circunscribir naturaleza interviniente es delimitar en profundidad y extensión las cosas (sus comportamientos) sobre las que incidirá nuestro comportamiento en creación y que nos incluye a nosotros como cosa interviniente.

La naturaleza interviniente son todas las cosas (comportamientos) que se verán involucrados en nuestro comportamiento en creación.

La circunscripción de la naturaleza interviniente es la demarcación tanto en profundidad, incluyendo los comportamientos internos de las cosas, como en extensión, incluyendo la cantidad de cosas a las que alcanzará el comportamiento, en gestación, del que aprende.

Los límites de la circunscripción de la naturaleza interviniente, tanto en profundidad como en extensión, quedan claramente determinados por el comportamiento en creación del que aprende, el cual al estar en plena gestación, modifica dinámicamente esos límites, hasta que los determina cuando determina el comportamiento.

El comportamiento de aprender es, pues, una dinámica que interactúa entre el que aprende y la naturaleza interviniente que lo contiene y sobre la que incidirá con su comportamiento.

La estructura individual del que aprende son las preguntas emanadas de su curiosidad sobre comportamientos que aprende como incidirlos con sus comportamientos emanados de su creatividad.

Con algunas otras palabras podemos decir que un hombre aprende cuando construye una estructura de indagación o construye una estructura de conocimiento (construcción interna de posturas que van de la indagación al conocimiento) respecto de las cosas circunscriptas de la naturaleza interviniente sobre la que está creando un comportamiento para integrarse incidiendo en la circunscripción aprendida.

Aprender es usufructuar el proceso libertario dentro del contexto de la libertad de todas las cosas.

Así a cada cosa que el hombre aprende le compone una postura que es un estado de sentimiento dinámico, según la recíproca dependencia entre las variaciones del comportamiento de la cosa con el comportamiento en creación del que aprende.

El estado de sentimiento que el hombre siente respecto de una cosa es el estado de curiosidad que tiene respecto de esa cosa.

Es el grado de pregunta que tiene respecto de una cosa.

Si la conoce, por haberla aprendido, entonces ya tiene una postura de sentimiento de lo que es, para él, esa cosa, y cómo se comporta a su juicio y sentencia respecto de su incidente comportamiento.

No tiene preguntas sobre ella, siente claramente lo que esa cosa es, en su comportamiento no encontrará sorpresa, ya preguntó y aprendió respecto de ella. Ya tiene postura clara respecto de ella.

El hombre tiene las circunscripciones de sus sentimientos, que conforman razones, que conforman postura, que construyen conocimiento de cómo se comporta la cosa cuando él se comporta sobre ella con un determinado comportamiento, por lo tanto, es cosa aprendida.

Concluyentemente el hombre siente las posturas (razones) claramente emanadas de la circunscripción de la naturaleza intervenida de la cosa que así conoce.

Concluyente y evidentemente el hombre, frente a una cosa a la que ha decidido aprender, siente respecto de ella, si nunca la aprendió, no tiene ni postura clara, ni juicio, ni sentencia, solo un estado de sentimiento (postura de indagación) de oscuridad, iluminado por preguntas para canalizar su curiosidad y aprender los comportamientos de esa cosa que le permitan sentirla en su profundidad y extensión, para crear posibles comportamientos incidentes en esa cosa.

Continuadamente, utilizando la estructura de indagación, que son las preguntas, el hombre construye una postura respecto de una cosa, construye una razón, es decir una circunscripción del estado de sentimiento respecto de la cosa, y tiene postura, tiene sentimiento circunscrito respecto del comportamiento de la cosa respecto de un comportamiento propio.

Es evidente que el hombre aprende y construye conocimiento de la cosa respecto de un comportamiento propio cuando construye postura respecto de la cosa y, cuando son varias cosas las que componen la naturaleza interviniente, el hombre las aprende cuando construye una estructura de posturas respecto de los comportamientos de las cosas respecto de un comportamiento, en creación dinámica hasta determinarlo, del hombre que aprende.

Concluyente evidencia, o se siente cómo se comporta una cosa, ergo, se la conoce dinámicamente respecto de los comportamientos imaginables del que aprende, o se siente que no se siente y se tienen las preguntas que lo conducirán a aprenderla, ergo, sentir que se la conoce.

Así es en el aprender, en el circunscribir naturaleza interviniente, en circunscribir la extensión y profundidad de una cosa comportándose, donde razón y sentimiento como una misma cosa se constituyen, la razón como sentimiento circunscrito, luego, como cosa, y los sentimientos dispersos respecto de una cosa como preguntas que conducen a circunscribir el sentimiento conformando una razón.

Y es en esa dinámica que van conformando los sentimientos dispersos (preguntas) y las razones (estados de sentimientos circunscriptos constituyendo cosa que se comporta y se hace sentir), que surgen las opiniones y el conocimiento como los elementos del aprendizaje de la cosa en aprendizaje respecto del comportamiento en creación del que aprende.

Se aprende por un comportamiento, para un comportamiento y generando un estado de sentimiento o postura, que al integrarlo con las demás cosas aprendidas se constituye en parte de la estructura del conocimiento del hombre.

El hombre siente respecto de cada cosa.

Sentir es un estado de curiosidad, de necesidad de aprender para conocer si participará de los próximos comportamientos (los que están en creación en el hombre) que el hombre realizará, allí emerge la postura del hombre respecto de una cosa.

Las cosas son comportamientos y con ellos se comunican.

Una cosa se comunica con su comportamiento haciéndose sentir. Cada cosa y todas las cosas se hacen sentir en el hombre.

A cada cosa le corresponde un estado de sentimiento, una postura, razones, conocimientos estructurados o preguntas estructuradas.

A cada cosa le corresponde o una estructura de conocimiento construido por las posturas de sentimientos circunscriptos (razones estructuradas), o una estructura de indagación construida por las preguntas como posturas de sentimientos abiertos sin circunscripción.

Así, en el comportamiento de aprender, el hombre comporta la interacción entre preguntas y razones según va construyendo la estructura de posturas que van de la construcción de la estructura de indagación a la construcción de la estructura de conocimiento.

La estructura de posturas, respecto de una circunscripción de la naturaleza interviniente, respecto de un comportamiento en creación, es la construcción de conocimiento del hombre.

El estado de sentimiento es la estructura, en construcción, de las posturas de interrogación (preguntas) y de las posturas circunscriptas (razones) que tiene el hombre respecto de una cosa que se comporta (naturaleza interviniente) y referida a un comportamiento en creación del hombre que la siente.

Así un hombre, cuando comienza la creación de un comportamiento en el cual interviene una cosa con su comportamiento determinado, siente la relación con el comportamiento en creación que está gestando, luego o tiene la razón (sentimiento circunscrito) que serán armónicos, por consecuencias tendrán más libertad ambos comportamientos para comportarse y seguir siendo libres, o siente que no siente, por lo tanto tiene las preguntas de las que surgirán creaciones de comportamientos para sentir donde no siente, o sea, responder las preguntas y construir postura.

Consiguientemente el hombre elabora conocimiento a partir del comportamiento de las cosas y de las opiniones que, como conjunto de comportamientos que se hacen sentir, constituyen o no razones o preguntas, cuando el conjunto de sentimientos respectos de todas las cosas no genera sentimiento de interrogación se tiene construido el conocimiento de la naturaleza interviniente respecto de ese comportamiento creado.

Conocer una cosa es no tener preguntas respecto de un comportamiento en creación consumado del que conoce.

Componiendo un escueto ejemplo que espero sirva en la participación del aprendizaje de esta cuestión.

Así pues tomando por ejemplo uno de los muchos y variados comportamientos conflictivos individuales, como puede ser "el fumar de un hombre", que, sintetizando la situación, es un hombre "inteligente" al que le han comunicado y a su vez él comunica que fumar hace mal a la salud, pero también dice "no puedo dejar de fumar" y así otras, con todas las variantes de expresiones que lo llevan a comportarse fumando en lugar de no fumar.

Frente a un conflicto, lo único que puede conducentemente hacer un hombre es, usufructuando el insoslayable proceso libertario, aprender para crear la solución del conflicto, luego si el hombre aprende, siente que fumar es un comportamiento conflictivo, debe aprender para crear el comportamiento que soluciona el conflicto, abreviando, supongamos que así lo considera, luego, debe aprender que evidentemente se esta comportando por opinión, allí esta el cigarrillo, me gusta, me demanda, sentir su efecto en mi organismo, luego fumo y lo disfruto, hasta allí es totalmente conducente el comportamiento, así pues, el sentimiento "placer del cigarrillo" (por sintetizar la opinión, en unas palabras, de lo que el cigarrillo hace sentir con su comportamiento incidiendo en el hombre) se circunscribe con el organismo hombre y el cigarrillo, conformando la naturaleza interviniente, como una razón que ratifica la conducencia del comportarse fumando. Ahora bien, hasta aquí no hay conflicto, el hombre aprendió circunscribiendo la naturaleza interviniente cigarrillo, placer al fumar, sentimiento circunscrito, ergo, tiene razón conformada, ergo, postura respecto de la naturaleza interviniente, se crea conducentemente el comportamiento fumar, el conflicto aparece cuando el hombre circunscribe más naturaleza interviniente, en profundidad y en extensión incluyendo entre otras cosas a él comportándose fumando, que se hacen sentir y que al circunscribirlas van conformando otra razón, que le permitirá al hombre crear otro comportamiento. Así, siempre simplificando el ejemplo, el hombre incluye que además de sentir placer, tiene tos, la garganta irritada y otras cuestiones en sus partes, ampliando en profundidad la cosa hombre, que es él, incluyendo sus partes y sus comportamientos, llegando a sentir, y por lo tanto a incorporarla a la naturaleza interviniente, que la última radiografía de tórax muestra el 80 % de sus pulmones tapados, que le causa ahogos y más, y así otras cuestiones similares. Lo mismo puede profundizar en el cigarrillo, no es solo tabaco, está la nicotina, el alquitrán y demás, todas cosas partes en profundidad que se hacen sentir y conforman el estado de sentimiento de cada cosa respecto a un comportamiento en creación que en este caso es "comportarse para dejar de fumar", o "comportarse no fumando"., Aún no siente que tenga el aprendizaje conducente a la creación del comportamiento solución del conflicto por lo que debe seguir aprendiendo, aún no incluyó el comportamiento "comportarme sin fumar", por lo tanto continúa incorporando a la naturaleza interviniente cosas y cosas partes sea en profundidad o en extensión, por ejemplo, "cuando prendo un cigarrillo adelante de alguien me mira como diciendo "¿no sabes que te hace mal y también a mí como fumador pasivo?", me saluda y se va como si me considerara estúpido o débil de carácter y otros muchos me dicen "¿qué extraño? Un tipo exitoso, inteligente como vos, fumando, piensa en tus hijos, tu familia, tu futuro, tu salud", y así más, pudiendo el hombre en su usufructo del proceso libertario incorporar la situación (cosa) que comportó una amiga, un compañero de trabajo, un admirador, un conocido y así más. También son incorporaciones a la naturaleza interviniente los cursos para dejar de fumar, las publicidades, los diagnósticos médicos, la muerte de un famoso o amigo por el cigarrillo, las estadísticas, y así tantas más, todas cosas que se hacen sentir, pero que aún no conforman el conocimiento para crear el comportamiento para dejar de fumar. Es más, es muy probable que al no haber aprendido el insoslayable proceso libertario que lo somete y lo provee, no aprendió que el hombre debe aprender para crear comportamiento conducente, consecuentemente a esta altura, de tantas cosas que se hacen sentir, lo "pongan mal y las deseche de su aprendizaje" y no las aprende en circunscripción porque, he aquí la esencia de la cuestión, repito, esto ocurre porque el hombre que se comporta fumando en conflicto con su anhelo de comportar no fumar, no aprendió a aprender, no aprendió a conducir el comportamiento de aprendizaje, a indagar y disfrutar de sentir las cosas respecto de un acto en formación comportándose para sentir donde no siente y circunscribir razones, que estructuran posturas, para construir conocimientos, para, respecto de ellos, crear el comportamiento conducentemente y sentir el regocijante goce de solucionar conflictos o consumar anhelos.

No esta educado coherentemente con el proceso libertario que lo rige y lo provee.

Así, las cosas que, ampliando la naturaleza interviniente, se hacen sentir son desechadas del aprendizaje como cosas que "no sirven y hacen sentir mal al que fuma".

Tanto es así que algunos hombres que utilizan el proceso libertario para aprender crear y comportarse tozudamente hasta aprender construyendo el conocimiento que le permite comportarse conducentemente, por ejemplo, en lo profesional, no lo utilizan con la misma convicción (siguen fumando por una simple opinión) al mismo proceso para dejar de fumar y así otras.

Así, por ejemplo en lo profesional decide aprender y comportar, "para mañana voy a crear un comportamiento que impactará en mi trabajo" (sea cual fuera su trabajo) y se pasa todo el día y la noche aprendiendo naturaleza interviniente para al otro día tener creado un comportamiento, que lo siente gozosamente a comportar e incidir conducentemente, que va desde el saludo de cuando llega al lugar de trabajo, las afectuosas manifestaciones de reconocimientos de los que disfrutan de la alta calidad de su creación de comportamiento laboral, hasta las palabras de agradecimientos por las felicitaciones de jefes, clientes y compañeros de trabajo, pero no se comporta con igual conducencia, no utiliza el mismo insoslayable proceso libertario que utiliza en lo profesional, para crear el comportamiento "dejar de fumar", allí solo se comporta con opinión y parcialmente. Cuanto más concluye "para esto necesito ayuda", "solo no puedo", "me siento mal fumando, quiero dejar, pero no puedo" y así otras claras manifestaciones de su estado de sentimiento por su comportamiento conflictivo.

Evidentemente, no aprende hasta alcanzar la construcción del conocimiento que, incluyendo el comportamiento "no fumar" en creación, le hace sentir el conocimiento que le hace crear y sentir el comportamiento que conducentemente le hace dejar de fumar, y consiguientemente sintiendo la naturaleza intervenida como "siento clara e integralmente cómo el comportarme "no fumando" me hace gozar de mi comportamiento, al igual que en lo profesional, ya que por proceso libertario se goza regocijantemente cuando se aprende hasta la construcción del conocimiento que consumadamente crea el comportamiento conducente al bienestar general, en este caso gozar, al crear el comportamiento solución del comportamiento conflictivo, por comportar "no fumar" y palmariamente desecha por inconducente la parcialidad conflictiva que sentía como placer y sufrimiento desintegrante cuando se comportaba fumando".

Palmariamente siente ambos comportamientos, un comportamiento sufriéndolo como conflicto y el otro gozándolo como comportamiento solución, emergiéndole la necesaria utilización del insoslayable proceso libertario para conducirse al bienestar general.

Comunicarle una persona a otra cuál es el aprendizaje que debe hacer para crear un comportamiento determinado está fuera de sus posibilidades, nadie puede aprender, crear construcciones de estructuras de sentidos conocimientos por otro. El proceso libertario obliga a cada hombre a aprender para poder libremente crear comportamiento conducente, es decir, obliga a sentir cada cosa en su extensión y profundidad hasta sentir que alcanzó el conocimiento y crea conducentemente el comportamiento que soluciona el conflicto o concreta el anhelo que se hace sentir.

El fumar es un comportamiento que se siente respecto de una opinión de la naturaleza interviniente (por ejemplo, "don José tiene 95 años y fumó toda su vida", "siento placer al inhalar el humo del cigarrillo y no me importan (no las aprendo) las otras cosas que siento cuando tengo un cigarrillo y fumo"). El comportarse sin fumar es comportarse sintiendo respecto del conocimiento elaborado de lo que hace sentir la naturaleza interviniente, siento palmariamente el gozo de lo que es comportarse sin fumar, ergo, no fumo y gozo de cada comportamiento sin fumar. Luego no fumar es un comportamiento "placer integral de ser hombre que no fuma" creado del conocimiento que soluciona el "conflicto fumar" que fue generado por aprender y comportarse por la opinión que "se siente placer al inhalar el humo del cigarrillo".

Evidentemente, el proceso libertario obliga a aprender hasta construir el conocimiento para crear y comportar la solución del conflicto, conflicto comportado por haber creado comportamiento respecto al aprendizaje de una o varias razones que solo construyen una o varias opiniones.

Contundentemente evidente, aprender hasta las opiniones y crear comportamiento genera conflictos que se hacen sentir angustiosamente mal, y aprender hasta construir el conocimiento para crear comportamiento genera soluciones que se hacen sentir gozosamente bien.

Además, no puede un individuo hacerle sentir a otro las cosas como para que componga un comportamiento, por ejemplo una canción, solo puede participar con comunicaciones para aprendizaje inevitablemente del propio individuo.

Nadie puede aprender por otro. Nadie puede sentir por otro.

Todos pueden participar del aprendizaje de otro, si el que aprende lo permite.

Así podemos encontrar comunicaciones como "yo dije "no fumo más" y lo dejé" , "mirá, para dejarlo hay que odiarlo, lo ves y tenés que sentir la repulsión de ver un degenerado que te quiere matar", "no sabés el placer que me da levantarme y cuando me doy cuenta me estoy acostando y no fumé en todo el día, todas las cosas se ven distintas", "cuando estoy en una reunión y veo algunos fumando, sé que ellos están en la lucha (aprendiendo) por dejarlo y me siento feliz de haberlo logrado (haber aprendido hasta el conocimiento)", "qué placer es no fumar más, te sentís vos mismo, todo es mejor, la comida tiene otro gusto, hasta la piel se siente distinta", y así muchas manifestación de haber alcanzado la construcción del conocimiento, por comportamiento conducente de aprendizaje, para sentir el comportamiento creado conducentemente que hace sentir la naturaleza intervenida de la cosa (comportamiento) "hombre que no fuma", que el cigarrillo merece no ser fumando o que el comportamiento conflictivo (sufriente) "hombre fumador" puede ser comportamiento solución (placer integral del hombre) "hombre no fumador" , y tantas más.

Monografias.comSe resumen en el goce de comportarse conducentemente en coherencia con el aprendizaje, no fumando, "¿querés un cigarrillo? No, gracias, no fumo, porque yo gozo del placer de no fumar".

No fumar también es una cosa y se hace sentir, se hace sentir muy bien, como todas las cosas creadas conducentementes para consumar anhelos.

Palmariamente, si fuma, pero quiere no fumar, ergo, su comportamiento es conflictivo, luego, tiene que aprender hasta construir el conocimiento que, haciéndose sentir, hace obvio la creación del comportamiento conducente a la solución.

Así es de evidente el usufructo del proceso libertario en la solución de conflictos y consumación de anhelos.

Llevado a lo institucional, y tomando por ejemplo un conflicto de dos sociedades que comportan la guerra, pero quiere comportarse en paz, luego deben constituirse con el comportamiento finalidad institucional de comportarse en paz y podrán sentir todos y cada uno de los hombres de las dos sociedades que se comportan en paz, no que firmaron la paz, sino que se comportan en paz, ergo, no comportan el conflicto guerra, contundente y concluyentemente todos y cada uno de los constituyentes de las sociedades en conflictos (guerra, crisis u otros) aprendieron hasta construir el conocimiento para gozar del placer de aprender para crear y comportarse (en este caso comportarse en paz), conducentemente para el bienestar de todos.

Es decir, se constituyeron, aprenden hasta construir el conocimiento institucional y crean y comportan conducente y sentidamente los comportamientos en paz.

Gozan del aprender institucionalmente hasta alcanzar el conocimiento institucional que hace obvia la creación del comportamiento "solución del conflicto" sintiendo el regocijo de no comportar la guerra por opinión, gozando de comportarse en paz por conocimiento.

El único goce individual y social del hombre es, en pocas palabras, nacer, crecer y trascender aprendiendo y creando comportamientos sin conflictos, constructores del bienestar general, para participar y protagonizar instituciones sin conflictos, tales como obras, fiestas, deportes, artes, investigaciones y todos los habidos y por haber, y la consumación de este anhelado goce es el aprendizaje y la educación constituidas coherentemente con el insoslayable proceso libertario que rige y provee para aprender a crear comportamientos que soluciones conflictos y consumen anhelos.

Claramente el placer de trasladarse de un lado a otro de una ciudad sin comportamientos conflictivos es coherente con el proceso libertario que conduce a la felicidad de la libertad de todas las cosas, constituyendo la institución tránsito de una ciudad para el bienestar individual y social del hombre.

No se trata de que se renuncie al placer de fumar, ni de que algunos cedan en favor de otros, o de que otros impongan en detrimento de algunos, no se trata de acuerdos, ni de pactos, ni de pérdidas tolerables, ni de intereses acordados, ni de otras similares.

Se trata de aprender, usufructuando coherentemente el insoslayable proceso libertario, hasta alcanzar el conocimiento que hace obvio y placentero el crear comportamientos que solucionan conflictos y consuman anhelos de todos los individuos constituyentes de una sociedad.

Es evidente que quien conoce el bien (y así lo siente) se comporta bien (y así se hace sentir).

Es evidente que comportarse sin fumar y comportarse en paz son comportamientos que se anhelan porque se imaginan solución de conflicto, buenos, satisfactorios, beneficiosos, de "sentido común", comportarse "como la gente" y más, pero como comportamientos que se anhelan deben recíprocamente ser aprendidos hasta alcanzar la construcción del conocimiento que los hace sentir plenamente gozosos a quienes lo comportan y por ello serán creativamente comportados.

Así, el estado de derecho serán las leyes que, aprendiendo hasta la construcción del conocimiento, gozosamente se comportan y no las que se declaman, escriben u otra.

Así, pues, el comportamiento "dejar de fumar" de un individuo requiere (y es recíproco) comportarse para aprender la naturaleza interviniente donde ese comportamiento incidirá.

Así, pues, individuo o institución, no puede crear el comportamiento, sea cual fuera, solución de conflicto o consumación de anhelo, si no aprenden todos y cada uno de los que componen el comportamiento de la naturaleza interviniente hasta el conocimiento que recíprocamente hace sentir el goce contundentemente palmario al comportamiento solución o consumación de anhelo.

En la solución del conflicto o la consumación de anhelos usufructuando el insoslayable proceso libertario conducentemente, todos y cada uno de los que lo sufren o lo desean, sentirán la estructura de indagación, qué cosas aprender para crear y comportar la solución del conflicto o consumar el anhelo.

Así, y solo así, el hombre aprende, conoce y se comporta conducentemente haciendo lo que quiere.

Conducentemente, cuando el hombre aprende y conoce el bien, consecuentemente anhela gozar de crear y comportar el bien. Esto es inevitable.

Así el crear del hombre conduce al bienestar general, al reino de la libertad de todas las cosas, al protagonismo y pertenencia de la libertad.

Concluyentemente, nadie puede crear un comportamiento conducente (en estos casos, dejar de fumar, o comportarse en paz y así todos) sin aprender hasta sentir las razones de las posturas del conocimiento elaborado que permite crear el comportamiento conducente y sentidamente, que al comportarlo y aprender la naturaleza intervenida (en este caso comportarse sin fumar, comportarse sin violencia y así todas) se hace sentir la satisfactoria conducencia de protagonizar la libertad por el usufructo del proceso libertario conducentemente, la libertad hace sentir su juicio y su sentencia.

Tomando otro sucinto ejemplo, que si bien expone reducido y parcial el concepto de aprender, quizás muestre lo suficiente para que, con las grandes ampliaciones que le caben, se pueda elaborar conocimiento o preguntas, por lo que podemos decir:

Si un hombre, por ejemplo, va conduciendo un automóvil con la decisión de girar a la derecha en la próxima esquina, y ve delante una hoja de diario que es movida por el viento, esto el hombre lo siente en su curiosidad, no propone comportamiento que modifique su giro a la derecha en la esquina, pero si de un garaje, comienza a salir un camión, inmediatamente el hombre siente que esa cosa puede comportarse intercediendo con su giro en la esquina, es más, impedirle llegar a la esquina. Tanto la hoja de papel de diario como el camión generan un estado de sentimiento (recíproco con el comportamiento en creación de girar en la esquina), construye una postura, que no es más que una circunscripción de los comportamientos de las cosas a las que se les presta atención para su aprendizaje, el hombre se siente circunscrito respecto al comportamiento de la hoja de papel, entre otras, por ejemplo, que al pisarla con el auto se aplasta y la hoja continúa siendo una hoja de papel en la calle, luego, no incide en el comportamiento del auto, ni tampoco le cambia el comportamiento de hoja suelta en la calle.

Así, el hombre siente respecto del comportamiento de la hoja respecto de él conduciendo el auto para doblar, que tiene construida la razón como sentimiento circunscrito, pues sintió que la hoja no cambia su comportamiento en creación de girar y respecto del cual está aprendiendo, es obvio que aprendida (sentida y circunscripta) la hoja suelta y el girar en la esquina (comportamiento en creación) circunscriben el sentir del conocimiento de que no comportan conflicto.

Ahora bien, respecto del camión los sentimientos de su comportamiento generan en el hombre un estado de sentimiento llenos de preguntas, la postura es distinta, es de indagación, son sentimientos abiertos y dispersos, no circunscritos como en la razón de la hoja suelta que devino construyendo conocimiento, en esta parte de la naturaleza interviniente surgen las preguntas al camión respecto del comportamiento de guiar el auto para doblar en la esquina.

Así su sentimiento respecto del camión no esta circunscrito, no tiene razón como estado de sentimiento, entonces, allí se comporta en aprendizaje, imagina u otra, modifica el comportamiento en creación, canaliza curiosidad con preguntas, crea comportamientos para responderlas y consecuentemente aprende, por ejemplo, es un camión en movimiento cuyo conductor no ve que el hombre llega con su automóvil, crea comportamiento, ¿debo frenar o chocaré?, ¿acelero y alcanzo a pasar?, ¿me habrá visto?, y no, ¿como me va a ver si la cabina esta dentro del garaje?, ¿toco bocina? y así más preguntas, pero aprende que en la naturaleza interviniente hay otras cosas, por ejemplo, ve a un señor que esta detrás del camión haciéndole señas al conductor del camión para que pare y al mismo tiempo con la otra mano el hombre que le hace señas a él para que pase, cambia el estado de sentimiento del hombre que está aprendiendo respecto de girar en la esquina, la naturaleza interviniente ahora es el camión más un hombre que lo dirige haciendo señas. La curiosidad del hombre fue satisfecha, ahora circunscribe naturaleza interviniente camión más hombre parado detrás haciendo señas, siente la circunscripción, ahora siente la razón, estructuró postura, circunscribió, el camión, hombre detrás haciendo señas, y además, aprende que siguen comportamientos que se continúan estructurando con las posturas anteriores, por ejemplo, ve encenderse las luces de freno del camión y la persona con su brazo izquierdo en alto indica parar al espejo retrovisor del camionero y con el brazo derecho le hace señas a él para que pase, y así otras más.

Aprendió, ahora tiene razones que son sentimientos circunscriptos, que son posturas que se estructuran, siente respecto de la hoja de papel la postura del conocimiento respecto de su comportamiento de girar e igualmente siente, respecto al camión, el hombre detrás y sus señas, la razón como sentimientos circunscriptos, siente la construcción del conocimiento respecto de la creación del comportamiento de conducir su auto y doblar en la esquina y así se comporta con la conducción de su comportamiento.

Aprendiendo, ergo, sintiendo, la naturaleza intervenida, aprendida después de doblar la esquina, como cosa creada con su comportamiento y la circunscripción de cosas de naturaleza intervenida, la siente como cosa comportada conducentemente.

Luego de doblar en la esquina, el hombre evalúa la naturaleza intervenida. En una resumida expresión sobre la naturaleza intervenida se podría decir que él dobló en la esquina, el papel sigue siendo papel en la calle, el camión sigue siendo camión, su comportamiento, y así más, evaluando que no cambió la libertad de comportamiento de la naturaleza intervenida, así pues continúa con el aprendizaje siguiente respecto del comportamiento a crear como una continuidad de comportamientos, que constituye su comportamiento de hombre libre, esclavo del proceso libertario de aprender para conducirse.

Nota: Aprender hasta el conocimiento para crear e incidir en la naturaleza interviniente, sin obstaculizar y hasta favoreciendo la libertad de aprender para crear conducentemente al bienestar de las cosas que la integran, es comportarse conducentemente al bienestar general.

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